Después de más de cinco años de investigación por parte del Banco Central de China, la nación se convirtió en la primera gran economía en realizar una prueba del mundo real de una moneda digital nacional: el e-RMB, o Renminbi electrónico. Con este hecho, ha surgido la pregunta: ¿China le dará batalla al dólar con su nuevo yuan digital?
China ha comenzado el proyecto piloto en varias ciudades, incluidas Shenzhen, Suzhou, Chengdu, así como en una nueva área al sur de Beijing, Xiong’an, y áreas que albergarán algunos de los eventos para los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.
Esto posiciona a China años por delante de Estados Unidos en el desarrollo de lo que probablemente se convierta en un componente central de una economía mundial digital.
El plan del país asiático es usar la combinación de su yuan digital y sus sólidas plataformas de pago electrónico (como Alipay y WeChat), para expandir su influencia y reforzar su influencia económica en África, Medio Oriente y el sudeste asiático.
Cuando el Banco Central de China determinó en 2014 que una moneda digital respaldada por el estado tenía el potencial de proteger su autonomía financiera y aumentar su influencia económica internacional, los ingredientes esenciales (inteligencia artificial, tecnología blockchain y plataformas de pago digital) ya estaban en desarrollo.
Una moneda digital es cualquier forma de dinero que existe en forma electrónica, a diferencia de un billete o moneda tangible. Los depósitos mantenidos en bancos comerciales ya son digitales, pero son responsabilidad de las empresas privadas, es decir, los bancos privados están obligados a convertir los depósitos en efectivo siempre que un depositante lo desee. La moneda digital emitida por el banco central de China sería responsabilidad del estado, al igual que el efectivo. Este cambio es fundamental, ya que un banco central tiene mucha más autoridad y supervisión sobre el dinero digital que emite.
El año pasado, los esfuerzos de China para dominar una moneda digital se aceleraron cuando Facebook dio a conocer Libra, un token digital administrado por un consorcio en su mayoría de empresas de tecnología y finanzas y respaldado por una canasta de dólares estadounidenses, libras esterlinas, euros y yenes japoneses.
Es común pensar que esta nueva divisa digital es similar a Bitcoin, sin embargo esto dista de la realidad.
Bitcoin utiliza la tecnología blockchain, donde los usuarios mantienen libros independientes de todas las transacciones dentro de un sistema distribuido y utilizan mecanismos de consenso para acordar qué transacciones son válidas. Es descentralizado.
Por otro lado, el yuan digital está hipercentralizado. Está controlado por el Banco Popular de China (BPC) e integrado con el sistema bancario actual de China. Probablemente seguirá una estructura de dos niveles, con el BPC emitiendo monedas digitales a una red de bancos estatales y empresas de pagos, como Alipay y WeChat, que a su vez las distribuirá a individuos y empresas a través de aplicaciones de pagos y banca móvil.
Es probable que el e-RMB supere los tres obstáculos principales que han impedido que las criptomonedas despeguen: estabilidad de precios, amplia aceptabilidad a través de plataformas de pago ubicuas y legitimidad a los ojos de gobiernos y reguladores.
China tiene mucho que ganar al ser pionero en una divisa digital respaldada por el estado.
Las empresas financieras y tecnológicas chinas a la vanguardia capturarán los ingresos al facilitar los pagos transfronterizos. El BPC tendrá una vista panorámica de todas las transacciones en el yuan digital y potencialmente, en todas las transacciones en sistemas que aprovechan su tecnología, fortaleciendo su ventaja de información.
Las autoridades chinas han descrito que el sistema ofrece “anonimato controlado”, lo que le da al gobierno otro conjunto de datos para no solo identificar actividades ilícitas sino también dirigirse a los disidentes políticos y las minorías.
